viernes, 27 de febrero de 2009

Una reflexión particular

El proyecto nació del grupo joven de Cáritas de la Inmaculada en el año 2004, desde entonces hemos tenido la oportunidad de vivir experiencias inolvidables a lo largo del desarrollo del proyecto. Desde que formo parte del grupo joven de Cáritas mi satisfacción ha aumentado desde que pude entender la inmensa obra social que realiza Cáritas. Este grupo joven pone su empeño en sembrar una semilla en el camino de los niños y niñas de nuestro proyecto para mejorar su futuro y en definitiva en la cimentación de un futuro mejor en la sociedad.

El saber que este esfuerzo tiene recompensa, y que poner un granito en ilusionar, evitar las dificultades del día a día y sobre todo poner esperanza. De aquí mi empeño en la labor del voluntario, que no sólo consiste sólo en ayudar en medios económicos sino a través del contacto humano, como Jesucristo nos enseñó, siempre con humildad y amando al prójimo.

Lo que he podido aprender en estos años es que nuestra respuesta tiene que ser siempre de esperanza, de amor y de lucha constante ante las dificultades. Es importante para desempeñar las diferentes actividades la unión del grupo, aprender de nuestros errores y mantener una formación constante. La consecución de nuestros proyectos y actividades son el resultado de un trabajo en común, realizados en convivencia y teniendo siempre claro la finalidad a la que van dirigidas, siempre al que necesita de ti. Un factor importante a destacar es la lucha constante por conseguir recursos y medios ante las dificultades que se presentan y que además necesitan de manos humanas disponibles para ello.

El coordinador del Proyecto: Francisco Miguel Martínez Torres.

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